Meta de aprendizaje
Ejercitar mi pensamiento critico, a través del contraste de las preocupaciones individuales, sociales y artísticas del ser humano, retratadas en las obras literarias del siglo XIX
Abordar por puerta 30
Prepara tu maleta de viaje y asegurate de llevar los insumos necesarios para saltar a través del tiempo y el espacio. Esta semana darás un paseo por algunos rincones del siglo XVIII. El tour inicia en Alemania, lugar en el que nació el movimiento artístico Sturm und Drang (tormenta y pasión). Ese estilo literario fue la semilla de la cual germinó el romanticismo.
Como expresión de la literatura, la corriente romanticista fomentó la manifestación más viva y pura de los sentimientos humanos, de manera abierta y sin freno. El aleman Wolfgang von Goethe (1749-1832) fue uno de sus exponentes más reconocidos.
Cuenta la historia que la base teórica de esta revolución de la expresión escrita, toma como punto de partida el pensamiento del filosofo suizo Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), quien proponía volver a la naturaleza antes de ser trastocada por la mano del ser humano, a quien concebía como el ente corruptor de aquello que nos rodea. El filósofo francés desdeñaba la imagen humana que simbolizaba la perversión o descomposición social y revalorizaba, al ser salvaje, estado natural de la humanidad. Este fue el principio de la evación social y el idealismo del romántico.
🟠Primer momento
Instrucción:
Observaré el documento audiovisual y tomaré apuntes personales en un organizador gráfico.
Referencia bibliográfica. Wayraeduca. (2018). El Romanticismo. Recuperado el 6 de Abril de 2023, de YouTube: https://youtu.be/UoVHTKPS0Pg
🟡Segundo momento
Instrucción:
Para complementar el contenido revisado y conocer los nombres de algunos de los autores más representativos del romanticismo, consulta la siguiente presentación:
🟡Tercer momento
Ahora tú y tu Comunidad de Aprendizaje (C.A) iniciarán el proceso para la elaboración de su producto de aprendizaje. Todos los detalles los localizas en el material interactivo II.
Comentarios