La práctica docente es un ejercicio profesional que como bien lo exponen Martínez Rizo (2012), De Lella (1999), García-Cabrero, Loredo y Carranza (2008), implica la puesta en marcha de distintas actividades que posibilitan la construcción de un ambiente de aprendizaje enmarcado en objetivos específicos para lograr la enseñanza.
Cada día, el aula es el escenario donde convergen experiencias, aprendizajes y desafíos. La práctica docente es un constante ir y venir entre lo planeado y lo inesperado; donde cada estudiante, con su particularidad, transforma las ideas y actividades, que tengo diseñadas dentro de los materiales interactivos que facilito a mis grupos de clase, para el pleno desarrollo de su experiencia de aprendizaje. Desde el momento inicial de la jornada hasta el instante final, me sumerjo en un flujo de interacción que constantemente me obliga a repensar y ajustar mis enfoques.
Uno de mis primeros actos al iniciar la clase, es observar a los/as estudiantes. La disposición emocional de los alumnos/as es crucial para el aprendizaje, y reconocer su estado de ánimo me ayuda a decidir cómo abordar la sesión.
En ese sentido, he integrado pequeñas actividades de apertura, como un breve intercambio de experiencias personales recientes o una rutina que llamo “Entrevistando al profe”, donde a manera de sesión de “micrófono abierto”, invito a los/as estudiantes, a realizar preguntas para romper el hielo, buscando generar un ambiente relajado y propicio para la participación. Esta observación inicial, es vital en mi práctica docente, porque me permite ver más allá del contenido académico y entender a los/as estudiantes como lo que son: seres humanos únicos.
Gran parte de mi trabajo se centra en desarrollar un entorno inclusivo y seguro, donde los/as estudiantes se sientan respetados/as y valorados/as. Durante octubre, por ejemplo, mi grupo de quinto semestre, del Taller de Análisis y Producción de Textos I, reflexionó sobre temas como el acoso y el hostigamiento sexual.
Al ofrecerles un espacio para expresar sus pensamientos y sensibilidades, lograron apropiarse de la actividad y la dinámica dentro del aula. Concluyeron el proyecto con la elaboración de un cartel que produjeron en grupos pequeños, y a través del cual, plasmaron su compromiso con la inclusión y el respeto. Observar cómo un tema de esa índole resonaba en ellos/as y se convertía en el diseño de diversas piezas creativas, me hizo recordar el poder de la educación para moldear actitudes y valores (Benítez, La voz del cartel [foro en línea]. Foro educativo, 2024).
A lo largo de mi trayectoria docente, mis metodologías han ido evolucionando. Procuro implementar enfoques participativos, como el Aprendizaje Basado en Problemas y el trabajo en Comunidad de Aprendizaje, con la intención de hacer del diálogo, la base del proceso de aprendizaje (Redes de tutoría, 2019), sobre todo en proyectos complejos. Esta forma de enseñar no sólo permite que los estudiantes se conviertan en agentes activos de su propio aprendizaje, sino que también me ayuda a observar su desarrollo académico-socioemocional, desde múltiples perspectivas. Ejemplo de ello fue un proyecto reciente sobre migración. A través de la elaboración del producto de aprendizaje, observé cómo los/as estudiantes, se involucraban y cuestionaban más allá de los límites del aula, conectando el contenido académico con sus propias experiencias de vida. Verles debatir sobre el impacto social de la migración y cómo sus posturas evolucionaban en el proceso, fue una muestra de lo significativo que puede ser el aprendizaje, cuando se proyecta desde un tema relevante y cercano a sus vidas.
Sin embargo, la práctica docente no es una línea recta; cada avance trae consigo sus retos. He aprendido que la paciencia es una de mis mejores aliadas. Ser paciente y tener tolerancia a la frustración, es crucial, especialmente al enfrentar situaciones donde el interés de los/as estudiantes está completamente ausente; o cuando hay que abordar temas complejos que demandan una adaptación continua.
Ante esas circunstancias, intento auxiliarme de recursos creativos, como un mini proyecto que recientemente implemente con tres grupos de primer semestre. La actividad la desarrollaron en Comunidad de Aprendizaje. La meta era identificar el significado de las sonoridades de sus principales espacios de interacción y su vinculación con la cualidad homófona de las palabras, con la intención de interpretar su entorno inmediato, desde la cualidad sonora del lenguaje. El ejercicio se tituló Glosario narrativo (Benítez, Glosario Narrativo, 2024). Fue una propuesta arriesgada, pero al ver el interés con el que los/as jóvenes comenzaron a diseñar su producto de aprendizaje, confirmé que, en la enseñanza, es fundamental atreverse a innovar y desafiar la rutina.
Con el tiempo, he comprendido que el rol del docente también implica autodescubrimiento. La dedicación que aplico en cada planificación, evaluación y reflexión, no sólo ayuda a mis estudiantes, sino que también suma a mi desarrollo profesional. El acto de enseñar se convierte en una relación bidireccional, en la que, mientras enseño, también aprendo. Entender esto me ha ayudado a disfrutar de los pequeños logros cotidianos: un estudiante que levanta la mano por primera vez, la mejora en un ensayo o una observación que indica que el contenido realmente resonó en ellos/as, son avances significativos que destaco en el día a día como docente.
La evaluación, por otro lado, también es una parte crucial y desafiante. Utilizo una combinación de rúbricas y listas de cotejo, para valorar tanto el proceso como el producto final, con especial énfasis en la comprensión y el pensamiento crítico. Para mí el proceso de evaluación es la suma de la observación cualitativa y la evidencia cuantificable.
En evaluaciones recientes, donde los/as estudiantes realizaron resúmenes y reflexiones sobre la diversidad y los derechos humanos, fue gratificante ver cómo argumentaban sus posturas y defendían sus puntos de vista, de manera informada y respetuosa. Asimismo, considero que este enfoque de evaluación, fomenta el aprendizaje y también, propicia el desarrollo socioemocional de cada estudiante, una meta que considero fundamental.
Al final del día, la práctica docente cotidiana es un entramado de interacciones, un espacio de aprendizaje mutuo y constante. Cada jornada en el aula es una nueva oportunidad para impactar, para escuchar y para ser escuchado. Cada día es un nuevo capítulo en una narrativa sin fin, en la que tanto los/as estudiantes y yo como facilitador del espacio de aprendizaje, compartimos un viaje de conocimiento y crecimiento.
La enseñanza es, sin duda, un arte que exige dedicación y un sentido de propósito, que trasciende la transmisión de conocimiento. Es una construcción compartida y un acto de transformación mutua.
Referencias bibliográficas
Benítez, M. O. (31 de octubre de 2024). Glosario Narrativo. Obtenido de Mauricio Olben. El blog: https://molben.wixsite.com/mauolbenelblog/post/glosario-narrativo
Benítez, M. O. (26 de octubre de 2024). La voz del cartel [foro en línea]. Foro educativo. Obtenido de Mauricio Olben. El blog: https://molben.wixsite.com/mauolbenelblog/forum/foro-educativo/la-voz-del-cartel
De Lella, C. (1999). Modelos y tendencias de la formación docente. Ponencia presentada en: I Seminario Taller sobre Perfil del Docente y Estrategias de Formación. OEI. Lima, Perú. Recuperado el 29 de octubre de 2024, de http://www.oei.es/cayetano.htm
García-Cabrero, B., Loredo, J., & Carranza, G. (2008). Análisis de la práctica educativa de los docentes:
pensamiento, interacción y reflexión. Revista Electrónica de Investigación Educativa (REDIE),, 10, 1-15. Recuperado el 29 de octubre de 2024, de Revista Electrónica de Investigación Educativa (REDIE): http://www.scielo.org.mx/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S1607-40412008000300006&lng=es&tlng=es
Leyba Barajas, Y. E., & Guerra García, M. (2019). Práctica docente en educación básica y media superior. Análisis de autorreportes de la Evaluación del Desempeño 2015. Recuperado el 28 de octubre de 2024, de Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación: https://www.inee.edu.mx/wp-content/uploads/2019/08/P1C158.pdf
Martínez Rizo, F. (2012). Procedimientos para el estudio de las prácticas docentes. Revisión de la literatura. RELIEVE, 18(1). Recuperado el 29 de octubre de 2024, de http://www.uv.es/RELIEVE/v18n1/RELIEVEv18n1_1.htm
Redes de tutoría. (2019). De aula convencional a comunidad de aprendizaje. Recuperado el 28 de octubre de 2024, de YouTube: https://youtu.be/Sr793Gid390